
Presentación de la Estrategia de Rehabilitación Energética de Edificios del Principado de Asturias
El lunes 18 de enero a través de videoconferencia el Consejero de Industria, Empleo y Promoción Económica, Enrique Fernández, la Consejera de Derechos Sociales y Bienestar, Melania Álvarez, las Directoras Generales de Energía, Minería y Reactivación, Belarmina Díaz y de Finanzas y Economía, Mar García, el Director General de Vivienda, Fermín Bravo y el Director General de la Fundación Asturiana de la Energía, Juan Carlos Aguilera, han presentado la Estrategia de rehabilitación energética de edificios.
El Gobierno de Asturias elaborará una Estrategia de Rehabilitación Energética de Edificios en Asturias con el objetivo de impulsar la descarbonización de la economía regional, contribuir a la actividad productiva y al empleo en el sector de la construcción y mejorar la calidad de vida a través de un mejor entorno edificatorio. La iniciativa se enmarca dentro de las prioridades del Pacto Verde Europeo y la estrategia Renovation Wave de la Comisión Europea, y está alineada con el Programa de Rehabilitación Energética de Edificios (PREE) y el PLAN DE RECUPERACIÓN, TRANSFORMACIÓN Y RESILIENCIA DE LA ECONOMÍA.
La creación de esta hoja de ruta será asumida por cuatro grupos de trabajo multidisciplinares donde, además del Ejecutivo autonómico y las direcciones generales mencionadas, participarán representantes municipales, la Confederación Asturiana de la Construcción (CAC), los sindicatos UGT y CCOO, los colegios profesionales, empresas del sector energético y de rehabilitación y entidades financieras, entre otros agentes sectoriales implicados.
Orientaciones de la estrategia
La estrategia plantea desarrollar posibilidades de financiación innovadoras, promover inversiones en eficiencia energética en edificios de titularidad pública y privada y aunar los esfuerzos de renovación en grandes bloques para aprovechar las economías de escala. Para ello, se plantean tres grandes objetivos:
- Objetivos asociados a la energía y medioambiente.
– Mejora del comportamiento energético y medioambiental del edificio
– Aprovechamiento de recursos energéticos regionales y contribución a la electrificación de la economía.
– Contribución a la transición energética justa y a la descarbonización.
– Alineamiento con las políticas europeas y nacionales de eficiencia energética, electrificación económica y aumento de energías renovables, de cumplimiento de objetivos climáticos y de descarbonización y digitalización.
– Reducción de dependencia energética y regional como consecuencia de la disminución del consumo de energía en edificios rehabilitados.
- Objetivos económicos y de generación de actividad.
– Contribución a la reactivación de la economía en el corto plazo, principalmente de los sectores de la construcción, la ingeniería y la actividad energética e industrial.
– Generación de empleo, mantenimiento del existente y capacidad de absorción de mano de obra local/territorial.
– Potenciación de la actividad en digitalización, domótica, redes inteligentes y transformación del mercado energético.
– Reducción del gasto asociado al consumo energético de administraciones, empresas y particulares, permitiendo reasignaciones de gasto a otras acciones y actividades y una mejora de la competitividad.
- Objetivos sociales y de confort.
– Disminución de la factura energética en todos los sectores de la población, especialmente relevante en los más desfavorecidos y contribución a disminuir la pobreza energética.
– Mejora de las condiciones habitacionales y de la salubridad para la lucha contra enfermedades epidémicas.
– Mejora de la salud pública, con efectos positivos en términos de indicadores de salud autopercibida, reducción de pérdidas laborales por incapacidad temporal y disminución de gasto sanitario y en medicamentos.
– Revalorización de patrimonio y regeneración estética (especialmente en los de mayor consumo, más antiguos y en peores condiciones de habitabilidad.
De acuerdo con diversos estudios, el parque de edificios consume en la actualidad el 30% de la energía final y dispone de un importante potencial de ahorro y de incorporación de energías renovables en el marco del proceso de transición energética y descarbonización de la economía.
Existe un amplio potencial de mejora en ámbitos que van desde cambios en la envolvente térmica, a la incorporación de instalaciones de generación basadas en fuentes renovables (biomasa, geotermia, solar, bomba de calor, o la generación eléctrica renovable para el autoconsumo), así como la mejora en los sistemas de iluminación.